SEMANA DEL NACIOMIENTO PREMATURO

Durante la semana del 13 al 19 de noviembre se celebra la «Semana Internacional de la Prematurez», y el día 17 de noviembre se conmemora el «Día Mundial del Niño Prematuro». Este año, el lema se centra en la importancia de las «Neonatologías a puertas abiertas» como una estrategia para humanizar el cuidado y fomentar la relación entre el bebé y su familia.

Se trata de la causa principal de ingreso a las unidades de cuidados intensivos neonatales y la primera causa de mortalidad en niños y niñas menores de 5 años, además de ser responsable de morbilidad a largo plazo. El parto prematuro se define como el nacimiento que ocurre antes de completar las 37 semanas de gestación y su origen es multifactorial (biológico, ambiental y social). En todo el mundo, cerca de un millón de niños y niñas prematuros/as mueren cada año, mientras que muchos de los que sobreviven sufren algún tipo de discapacidad de por vida, lo que implica largos períodos de recuperación y plazos de seguimiento muy extensos.

Es importante destacar que la prematurez se puede disminuir en muchos casos por medio del control del embarazo al que tienen derecho todas las personas gestantes, ya que los controles tienen como objetivo orientar las decisiones clínicas y terapéuticas e informar a la persona gestante y a su familia sobre cómo prevenir los posibles riesgos. Las personas recién nacidas prematuras tienen derecho a ser atendidas en lugares adecuados a su edad gestacional, su peso de nacimiento y sus condiciones de salud, de manera individualizada, así como a recibir cuidados de enfermería de alta calidad orientados a proteger su desarrollo y centrados en la familia. También tienen derecho a ser alimentadas con leche humana, lo cual es el mejor alimento para los recién nacidos tanto prematuros como aquellos nacidos a término.

Además, deben recibir prevención de la ceguera por retinopatía del prematuro (ROP) y acceder a programas especiales de seguimiento para prevenir y atender problemas de salud vinculados a la prematurez, mientras que sus familias deben recibir orientación para la crianza, la alimentación y los controles de salud. También es fundamental que las familias tengan acceso a información y participen en la toma de decisiones sobre la salud de su hijo o hija a lo largo de toda su atención neonatal y pediátrica, formando parte del equipo de salud que atiende a su hijo o hija. Asimismo, las personas recién nacidas prematuras tienen derecho a ser acompañadas por su familia todo el tiempo que necesiten, sintiendo las caricias, la voz y el olor de las personas que ejerzan su cuidado, así como a tener la misma integración social que las niñas y niños que nacen a término, incluyendo escuelas y servicios de rehabilitación cercanos a su domicilio. Para reducir la prematurez es fundamental propiciar acciones tales como invertir recursos y esfuerzos en esta etapa del curso de vida, establecer un ambiente con la mejor nutrición de las personas gestantes, con acceso a los controles precozmente y de calidad durante la gestación, con detección de situaciones de riesgo fetal, con prevención y protección de situaciones de violencia y con acceso a información para los cuidados, entre otras.

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