PATAGONES: DESAFÍO QUE NO SE VEN, CONFLICTOS QUE SE SIENTEN
En medio de la coyuntura general adversa, el intendente de Patagones, deberá buscar el afianzamiento de su gestión, quizás, con algún posible cambio en el gabinete, luego de sortear un semestre con ciertos logros, que tienen más que ver con su vocación y voluntad política que con el desencadenamiento de consecuencias provinciales y nacionales.
“Evidentemente no alcanza”, fueron las palabras del mandatario, al reunirse con los representantes gremiales, que reclamaban su presencia para dialogar sobre las condiciones salariales.
Ricardo Marino, hizo esa declaración al señalar que, a pesar de haber incrementado los salarios en un 153%, desde que asumió el pasado 10 de diciembre y siendo que la inflación se ubicó entre 60 y el 70% en el semestre, el aumento que -hay que reconocer fue extraordinario y único, comparado con cualquier municipio del país-no alcanza para vencer la dejadez cosechada en los últimos 8 años, que le dejó, al momento de asumir (diciembre pasado) un básico de 47000 pesos.
En ese sentido, dijo que matemáticamente resulta «imposible modificar lo que los trabajadores mismos no habían hecho en 8 años«. Una explicación cierta, que también da cuenta de circunstancias políticas en las que, por más que se quiera, no se la puede explicar.
Porque, el actual intendente, recibió el gobierno con salarios con esos básicos, vergonzosos por donde se los mire, con un historial que no termina de cerrar dado que, si bien habla del desinterés de las gestiones anteriores para con los trabajadores, también cabe preguntarse cómo fue que se llegó a tal deterioro siendo que, 47 mil pesos es un número irrisorio para un básico, en los días del presente, pero también lo era en diciembre, noviembre o los meses y años anteriores .
No obstante, hizo referencia a que llevó “el básico a $107,000”, un monto que en porcentaje resulta elevado, pero en términos absolutos sigue siendo muy pobre, cuestión que condujo a las palabras del mandatario: “Sé que no alcanza pero no puedo hacer milagros…”.
La pregunta, podría ser: qué hacer, frente a un Gobierno provincial que ha reducido considerablemente los aportes coparticipables, consecuencia de la reducción del Gobierno nacional y ante un acostumbramiento que mayormente han tenido a los municipios y todavía algunos continúan con esa dinámica, con la cosa funcionando si el papá de arriba manda la plata.
El intendente de Patagones, lleva sobre sus hombros, una historia digna de reconocer, a través del gremio de Comercio y tendrá que poner todo ese caudal, además de incorporar nuevas miradas creativas, para sortear la gobernabilidad de un Municipio que, según se dice, está sobrepoblado de personal, fruto de decisiones en las gestiones anteriores, pero que confronta con su voluntad política y elección, de no dejar a ninguna persona en la calle y mucho menos en las circunstancias actuales del país, donde la economía golpea fuerte a los más débiles, aun, con salarios que no son los mejores.
El desafío es grande y en el rumbo histórico que ha tomado la política, no solo en el país sino en el mundo, la solución podría ser sencilla: convocar a las cabezas de los gremios para decirles que hay una forma inmediata de mejorar los salarios y para lograrlo, serán ellos los que tendrán que decidir quiénes se quedan y quiénes se van, para que los ingresos puedan mejorar.
Pero todos saben que Marino jamás se volcaría por esa decisión, que en definitiva, habla de la historia de la República Argentina y del mundo y no precisamente de los tiempos presentes.
Aunque también, hay otro condicionante, los trabajadores agremiados, en total, no superarían el 10% de la planta, de modo que no podrían responder por el resto del 90% de los trabajadores que no pertenecen a ninguno de los gremios. En definitiva, esta segunda etapa, el intendente tendrá que decidir.
Decisiones que, como todas dentro de la política, podrán no ser agradables pero sí necesarias. Entre ellas, analizar la continuidad esquemática de su Gabinete.
Como es sabido, los primeros meses terminan siendo el espacio para los fusibles, funcionarios que deben estar dispuestos a saltar en el momento en el que el mandatario decida hacer uso de sus sillas, con el objetivo de buscar mejores horizontes para la gestión. Porque, si triunfa la gestión se favorece al pueblo. Esos, serán los principales desafíos que se le imponen, en estos días, a Ricardo Marino.
Por un lado, seguir trabajando con los gremios para mejorar las situaciones salariales, una tarea que objetivamente y teniendo en cuenta los recursos municipales, parece imposible, excepto que surjan nuevas miradas; nuevas estrategias que podrían ir por el lado de incorporar obras, a partir de acuerdos con sectores privados que inviertan en la ciudad; proyectos que tendrían que ser inmediatos, para comenzar a dinamizar el flujo económico lo antes posible.
Por otra parte, la búsqueda de un sistema que podría ser como el RIGI u otro, si es que no se lo quiere comparar con el Gobierno nacional, pero de similares características, para ofrecer a los posibles inversores, beneficios que comparativamente los hagan optar por el Partido de Patagones, a fin de que el dinamismo económico y flujo de dinero puedan sostener, no solo la calidad salarial sino la prestación de los servicios en términos generales.
Muchos se preguntarán por qué y las respuestas son simples: primero, porque los recursos de la Provincia no llegan y luego, porque los de la Nación llegan menos.
Alguien dijo alguna vez que, en la política no triunfa necesariamente quien tiene más votos sino el que es más creativo. Y también se ha dicho cientos de veces que con las vacas gordas es fácil generar política; algo parecido a señalar que: “Con dinero cualquiera hace negocios…”.
Sin embargo, el desafío político de los tiempos presentes que involucran no solamente a Patagones, sino, podríamos decir a todo el país e incluso al mundo, es justamente, la capacidad que puedan desarrollar los gobiernos para hacerse creativos en la búsqueda de recursos.
Y para ello se podrían dar tres escenarios, probablemente ineludibles y que harían a la columna vertebral de cualquier política pensada para salir de la coyuntura actual, y en definitiva, lograr resultados.
El primero, ser muy prolijo y cuidadoso con la planta de trabajadores. Y, en función de ello, hacer una revisión de las últimas incorporaciones podría convertirse en una obligación del Gobierno. Según se ha indicado, antes de que Marino asumiera, el pasado 10 de diciembre, la administración saliente dejó un número importante de contratos. Algunos lo dicen, otros lo niegan, aunque se trata de una información que cualquier vecino podría cotejar.
Por supuesto que se dirá que la idiosincrasia sindical de Marino, sostendrá a los trabajadores porque, como dijimos al comienzo, nunca dejaría a una persona sin empleo. Pero hacer esa revisión, también forma parte de su responsabilidad que, además, debiera informar al pueblo.
Y, por otra parte, habrá que considerar que Marino tomó la decisión de sostener a esos contratos que ingresaron a último momento, en un contexto político y económico distinto al que se da en estos días, esencialmente, por el recorte en la coparticipación.
El otro aspecto que se debe tener en cuenta, es el de contar con un equipo fiel desde todo punto de vista. Como bien se dice, cuando las vacas están gordas hay problemas que pasan desapercibidos pero, al momento de vacas flacas, todo error -por pequeño- provoca perjuicios que pueden convertirse en inconvenientes graves e inmanejables.
Entonces, el equipo debe estar: no solo bien definido sino bien aceitado para compenetrarse con el momento político reinante. Para ser defensores acérrimos de la gestión y para ser creativo –fundamentalmente-en la búsqueda de soluciones para cada uno de los conflictos que forman parte de las gestiones diarias y que no necesariamente debieran depender de los recursos económicos.
Y el tercero y probablemente más importante, es el de la generación de proyectos, bajo esa característica de creatividad; que encuentren no solo el enamoramiento de nuevos inversores; nuevos recursos provenientes de sectores que no necesariamente sean estatales y que logren, en definitiva, el acompañamiento popular.
Porque, como sucede en todos los órdenes de la vida política, la gente no castiga cuando las condiciones son adversas; la gente castiga cuando, en condiciones adversas, no se buscan soluciones.
Pero a la vez, hay que tener en cuenta que en medio de situaciones adversas y aún en las peores, la gente acompaña la creatividad; la capacidad de salir de los conflictos y la voluntad política para mirar hacia adelante y mejorar en función del bien común.
Ejemplos, sobran. Por poner uno, podríamos hablar de la Inglaterra de la Segunda Guerra Mundial, bombardeada por Alemania, desanimada; sin recurso; con hambre, pero con el surgimiento de un gobernante que no tenía recursos, pero sí ingenio y gran creatividad, como fue Churchill.
Será momento de que Marino logre incorporar toda su creatividad e ingenio, desarrollados en el gremio a su Gabinete municipal, para sacar del atolladero al Municipio.